La mallorquinización de nuestro legado II

Estos días pasados hubo una importante agitación social respecto al hecho de que no hubiera ningún ibicenco en la ponencia que elabora el informe de la nueva ley de Compilación del Derecho Civil de las Illes Balears. El inicialmente designado Xico Tarrés había cedido su puesto a un mallorquín aduciendo que se trataba de una cuestión “muy técnica”. Ante la polémica generada, Xico Tarrés recuperó su puesto dentro de la ponencia y habló de un supuesto mal entendido. Así fue como las aguas volvieron a su cauce y no se ha vuelto a hablar más del tema.

¿De verdad es tan fácil? Me resulta indignante conformarnos con un solo representante ibicenco frente a cuatro menorquines. Esto no es de ningún modo proporcional, por dos razones fundamentales, una de carácter demográfico y otra de carácter puramente jurídico.

En cuanto a la primera de las razones, según censo de 1 de Enero de 2014, Menorca tiene una población de 93.313 habitantes, mientras que la población de Ibiza es de 140.271 habitantes. No es proporcional que Ibiza tenga una cuarta parte de representación en la ponencia compiladora respecto a Menorca, siendo que la población menorquina no llega a dos terceras partes de la ibicenca.

La otra razón de desproporcionalidad es la gran diferencia de peso a nivel del conjunto del Derecho Balear entre el Derecho Menorquín y el Derecho Pitiuso. En la actual Compilación de Derecho Civil de las Islas Baleares, el libro dedicado a Menorca (Libro II) consta de dos artículos, mientras que el libro dedicado a Ibiza y Formentera (Libro III) consta de veinte artículos. Si las matemáticas no me fallan, nos encontramos con que el Derecho Pitiuso ocupa diez veces más preceptos en la Compilación que el menorquín.

Una y otra vez vemos como nos venden a conveniencia del partido político de turno o por estrangulamiento del gobierno por los pactos con los mil y un partidos con los que se han asegurado la presidencia. Una vez más el trato a lo ibicenco por parte de un gran partido nacional es una vergüenza. No podemos aceptar esta infrarrepresentación en una ponencia tan importante para nuestras vidas. Alguien desde Ibiza debería reclamar tener la representación que nos corresponde, que debería ser muy superior a la de Menorca ya que, como he explicado en el párrafo anterior, lo que nos jugamos es mucho más; pero, a estas alturas, ¿quién no obedece a un partido?

Cago en l’ou!